Creo que fue en aquella lejana escuela primaria. Yo siempre preferí ver caricaturas antes que ver novelas, vestir como niña sport antes que como putita llena de brillitos, ombligueras y maquillaje de tianguis.
Sí, alguna vez tuve esa tentación, lo confieso. Los pantalones entallados y las chanclas de florecitas e incluso los brillitos exacerbados tocaron a mi puerta a los 12 años y caí ante la amenaza de perder a mi amado Alfonso Maldonado. ¡Incluso hasta recuerdo haberme enchinado mi hermoso cabello lacio! (Pero hasta que extremos llegamos a veces la mujeres por los hombres). Que de todas formas lo perdí después, o más bien, el me perdió. Ni modo.
Terminaron los noventas, yo me volví adolescente. No se porque y si lo supiera sería muy largo de explicar, pero una situación bastante hostil me hizo caer en la necesidad de ayudar a los demás. Mi intento fallido terminó con una gran depresión convirtiéndome en una niña seria y perdida en la nada. Varios meses después, fui cayendo lentamente en la realidad de los hechos y cambié de religión: opté por el valemadrismo.
Terminaron los noventas, yo me volví adolescente. No se porque y si lo supiera sería muy largo de explicar, pero una situación bastante hostil me hizo caer en la necesidad de ayudar a los demás. Mi intento fallido terminó con una gran depresión convirtiéndome en una niña seria y perdida en la nada. Varios meses después, fui cayendo lentamente en la realidad de los hechos y cambié de religión: opté por el valemadrismo.
En aquel entonces y después de superar traumas como la muerte de un familiar, los intentos de suicidio de algunas amigas y la anorexia y la bulimia de otras, me di cuenta de que odiaba a las niñas. No, no es lo que piensan. Yo nunca he sido ni lesbiana ni machorra, aunque a veces me gustaría ser ruda, ruda, ruda...
Y entonces, como agua repeliendo al aceite, de inmediato comencé a distanciarme de mis amigas. No se como, no me pregunten, pero de repente ya no soportaba su círculo de amigos. - Bueno, la verdad es que eran muy inches ñoños los tipos esos con quienes se juntaban y no, no los tragaba, para nada, ¡¡¡Aaaahhhggg!!!! me daban repelús simplemente ¡No podía ni verlos!
Fue entonces que me volví tatuadora.
CONTINUARÁ...
1 comentario:
jajaja esta buenisimo!! Eres la neta del planeta!!!!
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