viernes, 30 de mayo de 2008

De que el amor apesta... apesta! (o Mi depresión III)

Simplemente estoy hasta la chingada madre de la pinchi gente que come pan enfrente de los pobres. No siempre, solo esta semana. Porque tal pareciera que se han ensañado con la pobrecita Hija del Tlalocmán y la siguen y la persiguen por todos lados. Nadie entiende su dolor, nadie ve su enorme herida purulenta escurriendo coagulos gangrenosos debido a que...

A pues es cierto, si Laila no ha escrito nada en semanas, es debido al trágico final de la saga "Mi depresión" parte III En la cual, el malvado y maldito señorito Navarrete entierra una enorme daga envenenada en el pequeño y antes palpitante pecho amarillo de la Hija del Tlalocman!!! :O causándole una muerte de la que apenas resusitó hace unos tres días (cuando subí la foto de la rata esa... ah si Mimbus, Nimbo, Mimbre, como sea - Hey te calmas con mi ratón, pinche alterada, alter ega!!!- Bueno si, ya perdón).



El caso es que después de aquel horrendo crimen, el malévolo señorito Navarrete sintió miedo, un miedo atróz de ver aquel pequeño cadaver ensangrentado a mitad de la nada y el era el único culpable de tan atróz acción; así que corrió, corrió, corrió y corrió sin dirección alguna hasta llegar... otra vez a donde mismo porque el muy wey olvidó que la tierra es redonda y si uno corre en linea recta sin parar, afuerzas llega al mismo punto de donde salió :P

Total que, al llegar, fué tal el impacto de topar de frente con aquel cadaver adorable y apestoso, tierno y doloroso y harto requete mucho mosqueado-vasqueado y tambien amado, que no tuvo más remedio que caer desmayado al piso.

* * *

Cuando el malvado y aturdido Maclovio Navarrete abrió sus ojillos pajarillos, el pequeñin cuerpecín morido de Laila, la hija del Tlalocman, había desaparecido. Se puso de pies del sobresalto y miró el reloj; solo había pasado 5 miutos inconsciente. Se revisó de todo a todo. Todo estaba en su sitio, la cartera con el chicle de menta, el boleto del metro y los 2.50 para el pesero, el celuloso en el otro bolsillo; todavía tenía tanto cabellos como ambos dos riñones, así como otros órganos vitales que pudieran haber sido sustraidos. Todo estaba en su sitio, excepto el cuerpo del delito. La hija del Tlalocmán había desaparecido sin dejar rastro alguno.

Asustado y sin saber que hacer, el señorito Navarrete decidió volver a casa. Pero antes de que pudiera dar un solo paso, escuchó unos sonidos extraños que, calculó, provenián de arriba de él. :O Cual no sería su sorpresa al ver como las nubes se movían a una velocidad convulsiva sobre su cabeza a la par que una voz grave y terrible decía "Iváaann!!!..." a no perdón, jo, jo, ese no era :P Entonces, la voz terrible decía

-¡¡¡Maclovio!!! ¿Donde esta mi nieta?- dijo la voz
-Nno, no se - respondó el señorito Navarrete
-¡¡¡Macloviooo!!! ovioo ovio ovio ooo (eco macabro)¡¡¡¿Donde está Laila?!!! aila aila aila a (eco culpabilizante)

El señorito Navarrete, en medio de una crisis nerviosa, comíendose los dedos y sobre un sendo charco de pipí repitió llorando: -No lo se, t te te lo juro que no lo se.
- ¡¡¡¡¡Mientes!!!!!! ¡¡¡¡¡Ggggrrrryyyyyeaaaaaaahhhhhh!!!!!!


Y fué entonces, que el dios Tláloc mandó una enormehipermegatormentachubascochispiaderogranizadaconchorrompeon infernal que parecián dos sobre Xocipunkas, Tlapan, C.U. y sus alrededores y que bueno que para entonces ya estaba yo en casa y no fuí al mendigo cierre del Ollin Kan y tooooodos se mojaron, lero, lero, que re bueno. ja,ja,jaa... ahhh ._.



Y bueno señores, esa es la historia de porque llovió tanto durante este Ollin Kan.
... Ah si, si, por supuesto el final de la saga "Mi depresión" y el por qué EL AMOR APESTA ¿¿ah que por qué??? No lo se explicar, pero cada quien saque sus conclusiones. Saludosssssss XD

FIN

martes, 27 de mayo de 2008

Mimbus, siempre te amaré



Hoy me acorde de mi mascota querida que en paz descanse :(
Pero apoco no me quedó bien chida la foto :)

lunes, 26 de mayo de 2008

sábado, 3 de mayo de 2008

El lado hostil de la ENAP (o mi depresión, parte II)

Así es que mientras unos ríen, otros lloran.
Y la hija del Tlalocmán pasa por una fea depresión desde hace semanas. ¿Los culpables? la familia (la adoptiva, porque el Tlalocman anda de viaje astral), la escuela, el sistema, el gobierno... la móndriga amiga que se larga de activista y no invita, el catarro, la tos, cof, cof, presiones en su brigada, etc.

Todo lo cual han hecho que la hija de Tlalocmán se sienta igual o peor que basura (ándale, que la oyera su padre para que le diera de nalgadas).

Pues sí, si me siento así y que? Me siento igual que me tio el guacarroquer al inicio de sus pinches y terminales aventuras huyendo de Ana Putricia, chale...


Ya no hay más, ya no hay ni papá pitufo, ni papá ideológico, ni señor Dadá, ni Peras que vengan a rescatarla. Tendrá que pasar la noche sola escribiendo historias que no lleven a nadie a ningún sitio, como en aquella época en que la Hija de Tlalocman era jóven, bella, y soñadora...

Aquella época lejana en la que todavía no conocía al señorito Navarrete, una bella época en que la prepa 9 relucía celestialmente en algún sitio de la avenida Insurgentes, cuando todavía no había nubes que opacaran el hermoso cielo nocturno en el que aun está escrito su glorioso nombre: Preparatoria No. 9 "Pedro de Alba."


Ah no, pero la hija del Tlalocmán creció y se enfrentó a infinidad de cosas, las cuales se narrarán al final de los tiempos en otro blog más etéreo y celestial. Pero en todo ese tiempo, mientras la Hija de Tlalocmán creyó dar lo mejor de sí, un buen día topó de frente con la pared y aunque creía conocer todo sobre su escuela, ese nefasto día de primavera la hija del Tlalocman conoció: El lado hostil de la ENAP.

El cual todo mundo conoce y del cual todo mundo habla, pero el mérito es que ella, al topárselo de frente y sin advertir las señales de precaución, le sacó un gran chichón en el alma, haciendo que la hospitalizaran por eso y por otros múltiples traumatismos a nivel imaginación, fe, esperanzas y sueños (sin contar con que su corazón está destrozado).


Así es la trágica y verdadera historia que hoy nos cuentan los ángeles terronios, acerca de la pinche y pútrida depresión de Laila, la hija de Tlalocmán.

Dicen las malas lenguas que próximamente irá a visitarla el señorito Navarrete, trayendole dulces, juguetes y paz espiritual, otros dicen que solo le traerá su presencia... y rete jarto sepso, con lo que esperamos ella se recupere, pero esa mijitos, es otra historia.