Para Danieljulio de 2004
Ya no, ya no quiero
escuchar tu voz traicionera
diciendo que me amas,
escuchar tu voz hipócrita y mentirosa
diciendo palabras cálidas.
Esto es lo que ahora siento:
el dolor de lo que no fue,
el beso que nunca llegó.
Cerrar los ojos de placer entre tus brazos,
abrirlos… y sentir el frío en la espalda.
Y extrañarte
y soñarte
cada vez más.
Y buscarte en la calle
y esperarte en la esquina
donde todo sucedió.
Y vivir
con el alma en pedazos,
el corazón destrozado
en la manos, desangrando
y palpitando todavía
la herida en carne viva.
Te odio, sí;
pero también te amo.
La paradoja más extraña de mi corazón.
odiarte y amarte al mismo tiempo,
laberinto sin solución.
Hoy a plena luz de la luna
empapada en llanto
y en ideas desquiciantes
no puedo decir cuanto te odio,
ni puedo saber si todavía te amo.
hoy, simplemente
te extraño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario